Todos tenemos un destino, un lugar al que se llega después de muchas cosas buenas y malas que nos ocurren. Cada uno escoge el camino que debe seguir hasta llegar allí, porque la vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento. Es más importante vivir cada día como si fuera el último y que no importe tanto cuándo llegues a ese destino sino cómo has llegado. Si no vives hoy, ¿cuándo piensas vivir? Si no disfrutas hoy mañana te arrepientes. No digas tantas veces 'no' y aprende a decir 'sí'. Lo mínimo puede alterar todo y eso es lo que hay que aprender a valorar y a mirar las cosas desde un punto de vista más positivo porque lo que vaya a llegar, ya llegará. No te deprimas, las personas y los momentos van y vienen, de eso trata todo esto, del cambio continuo.
No llores por haber perdido el sol pues las lágrimas te impedirán ver las estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario