Aunque no lo parezca, también existen drogas sanas. Personas que son tan geniales que producen una adicción, una adicción a reírte con ellas porque tienen una sonrisa preciosa, como la suya. Personas que te enseñan a reírte también de ti mismo, porque si no aprendes a hacerlo, nunca podrás ser feliz.
Si el camino es difícil es porque vas en la dirección correcta.