Cada día miles de personas entran y salen de tu vida, personas que pasan por tu lado en la calle que ves una o dos veces, incluso amigos que se alejan... Hay personas que olvidas, que no te causaron ninguna impresión o en las que ni siquiera te fijaste, otras que borras de la memoria porque te hicieron daño y lo seguirían haciendo si les dieras la oportunidad. Pero yo quiero hablar de otra clase de personas, de las que nos hacen felices, esas que te regalan una sonrisa estén bien o mal, esos que te apoyarían siempre, y quiero hablar de una en concreto, de quien siempre hablo, del que me da la fuerza. Es el amor de mi vida, sí. Aunque hay muchos ignorantes que hablan sin saber, lo nuestro es amor, un amor tan fuerte que no, sin él no podría vivir. Cometí muchos errores y él también, nos distanciamos... Pero siempre había algo que nos volvía a unir, una chispa que queda aunque el fuego se apague. Como ya he dicho, me da la fuerza para seguir hacia adelante y aunque me caiga mil veces siempre está ahí para cogerme, para rescatarme, es el que me cuida. No podría olvidar su mirada, ni su sonrisa, ni sus millones de besos con sabor a amor... No podría olvidar sus gestos, ni sus caricias... No podría olvidar su voz, cuando me dice que me ama y que lo hará siempre, cuando me grita, cuando canta en la ducha... Y lo mejor, no quiero olvidarlo. Quiero que él sea mi eternidad. 7.
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