Tú y yo sabemos muy bien cómo estar lejos, aparentando ante las demás personas felicidad. Sabemos muy bien cómo hacernos daño, conocemos nuestros puntos débiles y la manera justa de apuñalarnos para causar el daño que creemos necesario en ese momento. Tú y yo conocemos bien ese placer inmenso de besarnos cuando nos da la gana, por las mañanas como "buenos días" y por las noches como despedida, cuando nos sentimos solos o abrumados por la gente y cuando todos duermen pero los amantes aman. Aman como tú y yo sabemos hacerlo, de muchas maneras, con locura, con dulzura o con la mayor de las pasiones. Y la verdad es que no nos da vergüenza compartir nada, será porque nos conocemos tan bien. Tú y yo sabemos tanto de nosotros que nos hacemos daño, nos hacemos falta y nos hacemos fuertes.
Tu sonrisa decora mis tardes.
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