27 de junio de 2014

Lazos de sangre.

Roto,
como mi corazón al enterarse de tu marcha
al saber que no volvería a verte sonreír
que jamás besaría de nuevo tus mejillas
frías, como esta sensación de pérdida.

Apagado,
como desearía dejar mis sentimientos
para que tu dolor se fuera lejos o que
al menos
no se quedara tan dentro.

Destrozado,
como los lazos que te encargabas de unir,
la sonrisa de cada mañana que esbozabas,
los silencios que ahora habitan tu casa
o nuestras vidas sin ti.

Feliz,
al saber que desde arriba nos cuidas,
que gracias a tus recuerdos
inmortales e imposibles de olvidar
la oscuridad jamás podrá irrumpir.

16 de octubre de 2013

No habrá nadie que sepa donde encontrarnos...

He llegado a tocar con las manos aquel cielo que prometías en cada beso. He entendido lo que significa ser capaz de darlo todo por alguien que quizás no lo daría por ti. He aprendido a luchar por lo que quiero aunque parezca imposible de conseguir. He conseguido ver más allá de una mirada y comprender qué quería decir... Y he cambiado. He cambiado tanto que a veces ni me reconozco. He hecho cosas que desearía borrar y he vivido momentos imborrables. Todavía me quedan mil historias que vivir para luego poder contar. Pero si algo es seguro, es que en este tiempo que he vivido nunca he tenido nada más claro que tú.

10 de octubre de 2013

Siempre es invierno cuando no me besa.

La cama está desierta, las ventanas abiertas a pesar del frío que entra y tú no estás para darme calor. Solo se escucha el tic-tac del reloj del salón, a los pájaros de la calle y algún coche aparcando. Acaban de subir una persiana, alguien se habrá despertado para ir a trabajar, o un niño para ir al colegio. Pero yo no pienso levantarme, no tengo fuerzas para ir a enfrentarme al instituto hoy. A veces necesitamos tiempo para desconectar del mundo y conectar con nosotros mismos. Necesito dejar que las cosas fluyan, entender que nadie controla el tiempo. Pero me pregunto por qué nuestro tiempo es tan escaso y por qué siempre tenemos que estar en un lugar a una hora haciendo lo que hay programado para nosotros... El único momento en el que siento que esta rutina cambia, que en la vida de las personas hay una chispa, algo que nos hace seguir adelante, es cuando encontramos alguien que nos llena. Porque los momentos en los que él me besa por mí se podría parar el tiempo, incluso acabarse el mundo en ese instante... porque yo ya sería feliz, tan solo con un beso.


Hace frío y lo único que me da calor eres tú.

22 de septiembre de 2013

Las ventajas de ser un marginado.

No sé si tendré tiempo para escribir más cartas, porque podría estar demasiado ocupado intentando implicarme. Así que si esta acaba siendo mi última carta, quiero que sepas que me encontraba mal cuando empecé el instituto y tú me ayudaste. Aunque no supieras de qué hablaba ni conocieras a nadie a quien le hubiera pasado lo mismo, hiciste que no me sintiera solo. Sé que algunas personas dicen que estas cosas no pasan y que hay gente que olvida lo que es tener 16 años en cuanto cumple los 17, y sé que algún día todo esto serán anécdotas, que nuestras fotos se volverán viejos recuerdos y que todos nos convertiremos en padres o madres de alguien. Pero ahora mismo, estos momentos no son anécdotas, esto está pasando. Estoy aquí y la estoy mirando, porque es preciosa. Puedo verlo, en ese instante te das cuenta de que no eres una historia triste, estás vivo. Te pones de pie, ves las luces sobre los edificios y todo lo que hace que te asombres. Escuchas la canción de aquella noche en el coche con las personas a las que más quieres en el mundo y en ese instante sientes que, somos infinitos.


Aceptamos el amor que creemos merecer.

16 de septiembre de 2013

No somos de los que se rinden.

Ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera... Tú y yo somos inevitables. Somos aquello que aunque necesite o quiera estar separado siempre acaba junto, porque así es el destino. Inseparables, porque por mucho que nos desgastemos siempre empezamos una página en blanco escribiendo despacito y con buena letra. Podemos perdonarnos hasta los más grandes errores y olvidar las malas pasadas, que dicen que es imposible. Nos entendemos y nos queremos, ¿para qué queremos más? Contigo soy feliz y me siento completa... porque tú formas la parte de mí a la que más quiero.


Tu sonrisa es el mejor reclamo.

14 de julio de 2013

Recuerdos, nostalgias, distancia.

Tan valiente y tan cobarde mi canción, que siempre llega tarde para pedirte perdón, con esta pobre y vana pretensión de pagarte con palabras las deudas del corazón. Oíste, te vengo a devolver lo que me diste, todo lo que hiciste por este corazón gris que, viste, te quiere regalar un verso triste, una canción de amor para el amor que ya no existe... Mejor dejémoslo en empate, el amor se fue y ninguno pagó su rescate. ¿Lo malo? Lo malo es la nostalgia y su debate, el corazón ya va mejor sólo me duele cuando late. ¿Y ahora? Todo lo que tengo es un papel y el eco de tus besos resonándome en mi piel. Ya perdí mil primaveras y el orgullo por buscar en otros ojos la luz que tienen los tuyos. Yo te juro decir toda la verdad, a veces hay que perder para ganar. Creces, cuando te sabes levantar. Esta vez ya no hay disfraz ni la sed de la ansiedad, todo por vivir, todo por sentir. Ya se fue el dolor, de mi alrededor, hoy te quiero escribir una canción de amor. Todo nace y se marchita, el amor muere y resucita. Enseñan más las horas que los años, los besos de los labios del amor cuando hace daño. Culpable de mis pecados lo confieso, que le voy a hacer siempre me vendo por un beso. Tantas palabras y crueles cicatrices y al final lo que más duele es el te quiero que no dices. Te recuerdo despacito y sin ayuda, por el brillo de tu cuerpo cuando suda. Siempre nos quedará una luna muda y el tibio escalofrío de los versos de Neruda. Ante tus labios de carmín deja que brinde, por el amor y su motín, cuando el dolor al fin se rinde.


Créeme cuando te digo que quiero que seas feliz aunque no sea conmigo.

2 de julio de 2013

Ni perdiendo la memoria olvidaría tu voz.

Aunque me olvidara de mi nombre, del tuyo, de sonreír, de llorar, de todo lo que hemos vivido... Aunque me olvidara de lo que es despertar en tu cama, de los abrazos que nos damos y de besarte, nunca olvidaría tu voz. Porque tan solo con oírte sé quién soy. Porque tus susurros al oído me hacen sentir en casa, me enseñaron a reír de verdad y a llorar como nunca. Me podría dar igual todo, podría volverme loca y podría perder la memoria, pero sé que tan solo con escuchar tu voz, aunque solo fuera una milésima de segundo, volvería a saber quién soy y que eres el único, el amor de mi vida.


Eres especial.
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